Sin saber como ni cuando y un poco aburrido, cojo el coche y hago una parada en Sant Carles de la Rápita,
¡Y que casualidad! coincide que están celebrando la fiesta o feria de la galera y la ostra, después de tastar a modo de aperitivo una ración acabo en las afueras de la ciudad y, sorpresa!!! en el medio de una pineda bien alineada, hay un picnic que aprovecho para acabar de comer. La mesa es única pero super grande, de obra piedra, con vistas al mar, dispone de zona infantil, y por su situación justo en frente del campo de fútbol hay una explanada que hace las veces de parking.
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